jueves, 6 de junio de 2013

A donde va el deseo cuando volvemos a ponernos la ropa (Parte I)

Sabia que en algún momento ella caería en mi cama, esa mañana salimos de clase temprano, fuimos al rió a tomar unas cervezas.
Los dos sabíamos que nos moríamos de ganas por tenernos mutuamente y echarnos algo de mano encima, acompañándonos de risas cómplices y juegos tontos de palabras. Pero teníamos un gran problema, sabíamos que en nada yo me iría a vivir a otra ciudad, y yo tenia miedo a enamorarme, y ella a que no lo hiciera.
habíamos hablado ya del tema, pero siempre en broma y realmente no queríamos perder lo que teníamos, aunque sabíamos que si nos salia bien podíamos estar y no estar, bueno creo que se entiende.
Recuerdo una vez en el curso me acerque a ella y le susurre al oído, ella sonrió y dijo mas bajo aun, - háblame de mas cerca que no te escucho. 
Recuerdo cerrar los ojos y sentir como el corazón se me paraba muy despacio.
Ella, era algo especial. 
Había empezado a oscurecer y en el rio, el viento corría del norte y el frió se empezaba a sentir cada vez mas, y nosotros estábamos muy desabrigados.
Ella tenia un poco de frió y me abrazo recostándose en mi pecho. Comencé a acariciarle el pelo suavemente, como si rozara el cielo entre mis manos. Podía sentir su cara rozarme el cuerpo, mientras decía que podría estar una vida así, recostada sobre mi. Le di un beso suave en la cabeza y pude sentir como se retorcía lento, hasta podía imaginar sus ojos cerrados, mientras sentía su respiración sobre mi, y sin mas rodeos comenzamos a besarnos.
Primero nos dimos un beso rápido a boquiabierta sin dejar de ver nuestras almas en los ojos del otro, sabíamos muy bien que queríamos absorbernos mutuamente, que queríamos desaparecer en nuestras pieles, sabíamos que queríamos fundirnos, que queríamos amarnos y disfrutar uno del otro.
Lentamente levantaba mi camiseta y frotaba con ansias mi abdomen y mis pechos, rasguñandome con tanta delicadeza que me hacia tiritar y erizar la piel. Entonces la cogí fuerte de la cinturas y comencé a besarla intensamente mientas masajiaba al compás su trasero y sus piernas. Ella susurraba que quería ser mía y yo le decía que su pasión en mis besos se calaría.
Poso su boca en mi cuello y con su lengua lentamente comenzó a acariciarme y me besaba despacio, y me volvía a lamer.
quite su camiseta y deje que  mis manos se embobaran en sus pechos, en un segundo me hice adicto y me abalance cuidadosamente hacia ellos con mis húmedos labio acariciaba cautelosamente la punta de sus erguidos pezones, firmes, deseosos de entrar en mi boca, de jugar con mi lengua y estremecerse ante mis dientes. Lento y despacio me fui deslizando hacia tu vientre, reposando mi nariz en su ombligo, mordiéndole la pelvis. ella no paraba de retorcerse, y de pronto dijo - "espera" busquemos un lugar mas cómodo para esto.


 "Puedo leer en tu ojos, que  lo que
buscas en mi, es mas que un cruce de miradas".